lunes, 11 de febrero de 2008

Aumenta el esfuerzo familiar para comprar una vivienda

“Cada vez hay más y más familias a las que les resulta muy difícil llegar a fin de mes, incluso al día 20, y el pago de la vivienda es el principal causante. Hay que encender las alarmas ya”. Fernando Móner, vicepresidente de la Confederación de Consumidores y Usuarios (Cecu), resume así el ahogamiento hipotecario que sufren los españoles y critica a los que “dicen que no hay que rasgarse las vestiduras” ante el galopante endeudamiento de los hogares.

Los datos confirman que cada vez es más difícil afrontar la compra de un inmueble. Hace cuatro años, una familia tenía que dedicar al pago de su casa, de media, menos de un tercio de su renta bruta disponible: el 31,7%. Hoy, casi la mitad: el 46,2%, la mayor tasa registrada en la serie histórica del Banco de España.

El esfuerzo teórico anual que cada unidad familiar debe hacer para adquirir una vivienda comenzó su escalada en el último trimestre de 2003. Y sólo el verano de 2005 supuso un respiro, ya que la tasa de esfuerzo bajó 0,5 puntos (del 36,4% al 35,9%). Un espejismo, porque luego no dejó de subir. Es decir, 15 de los 16 últimos trimestres han apretado más aún el cinturón a los hipotecados.

Crecimiento sin tregua
Así, el rally alcista de la tasa de esfuerzo no ha remitido ni siquiera con la fuerte desaceleración que vive el sector inmobiliario. Las subidas de precios han sido mucho menores en los dos últimos años (9,1% y 4,8%, respectivamente), pero el porcentaje de ingresos destinados a pagar el piso ha subido más que en ningún otro bienio, del 36,6% al 46,2%. Parte de la culpa la tiene la escalada del euribor (desde el 2,216% en enero de 2004 hasta el 4,867% en diciembre de 2007), según Lorena Mullor, economista de la Asociación Hipotecaria Española.

Antes de que comenzase a dispararse esta tasa (la más fiable para medir la dificultad de acceso a la vivienda, según los expertos), el esfuerzo familiar anduvo oscilando otros cuatro años entre el 28,9% y el 32,8%. Y ya estaba al límite en marzo de 2004 (33,1%), dado que las entidades crediticias aconsejan no dedicar más del 33% de los ingresos a la cuota hipotecaria.

Así, en diciembre de 2002, por ejemplo, cada hogar debía destinar, de media, un 31,7% de su renta a pagar una casa con perspectivas seguras de encarecerse y de aumentar, por tanto, el patrimonio de sus dueños. Hoy se paga un porcentaje 14,5 puntos más alto por unas expectativas menores, ya que, según los expertos, el precio de los pisos se estancará en 2008 y puede descender en 2009. En resumen, ahora se ha de contratar un préstamo mayor y con cuotas más altas para pagar una casa igual, pero con menos futuro.

En sus cuatro años de vida, el Ministerio de Vivienda no ha podido evitar, por tanto, que el acceso a una casa empeore a marchas forzadas. De hecho, en 2004 el vicepresidente económico, Pedro Solbes, ya trató de frenar la euforia de la ex ministra, Mª Antonia Trujillo, alertando de que si la solución fuera sencilla, el PP habría tratado de ponerla en marcha.

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